Hablar de impulsividad es, con frecuencia, hablar de TDAH. Sin duda, se trata de uno de los síntomas más llamativos y que más problemas provoca ya que es un rasgo de la personalidad caracterizado por la reacción rápida, inesperada y desmedida ante cualquier situación. Una condición por la cual la persona no puede controlar los impulsos, las tentaciones o los deseos que siente y por ello actúa sin tener en cuenta las consecuencias de los actos.
Es más, la impulsividad se define como una falta, la del control inhibitorio, que hace que las personas con esta carencia se vean envueltas en conductas orientadas a la gratificación inmediata y los estímulos intensos. Dicho así puede parecer sencilla de controlar pero nada más lejos de la realidad. No es algo que dependa de la voluntad de la persona sino que es un rasgo, una característica de sus funciones cerebrales. Numerosos estudios demuestran que los cerebros con TDAH presentan un córtex prefrontal más pequeño, un problema si tenemos en cuenta que esta parte del cerebro es la responsable del funcionamiento ejecutivo.
Por si esto fuera poco, hay que sumarle un problemático desequilibrio en los neurotransmisores, las sustancias químicas necesarias para que las neuronas realicen su trabajo con eficacia y puedan comunicarse entre sí. Una persona con TDAH produce menos neurotransmisores que un neurotípico. Pero ¿Qué significa esto en la práctica? Pues, ni más ni menos, que hay una menor producción de noradrenalina, dopamina y serotonina que son las sustancias que controlan los impulsos, que proporcionan la sensación de placer y bienestar y que mantienen nuestros niveles anímicos y emocionales dentro de la normalidad. Es decir, tenemos un problema. Porque buscaremos por otro lado lo que nuestro cerebro no nos da. Y, lo haremos, como podéis imaginar, sin ningún control…
Mujer diagnosticada con TDAH en su madurez, como tantas otras, en una de las revisiones de TDAH de su hijo. Licenciada en Periodismo y Derecho, actualmente cursa sus estudios de Doctorado en Ciencias de la Información y está escribiendo su primera novela. Trabaja en el sector audiovisual y es profesora en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid (TAI). Consciente de que el día a día de una mujer adulta con TDAH no es fácil pero tampoco es imposible, ha creado un canal de youtube, Mujeres al borde del TDAH, y una cuenta de instagram con el mismo nombre, para divulgar y ayudar a los adultos que lo padecen.
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