De todos los trastornos de la infancia el TDAH es, sin duda, uno de los que más mitos y bulos genera.
Desde hace algunos años se habla mucho sobre el TDAH y sin embargo se sabe muy poco sobre él y sobre los mitos que le rodean. Y, a pesar de ser el trastorno del neurodesarrollo más frecuente entre niños y adultos, tiene el dudoso mérito de ser, junto con el TEA, el trastorno con más esgtimas injustificados.
¿Por qué es así?
La respuesta no es sencilla pero sin duda, la información errática de algunos medios de comunicación, la falta de unidad de criterios de la comunidad médica, la dificultad de algunos padres para aceptar el diagnóstico de sus hijos o de los centros escolares por asumir un cambio de paradigma en su modelo educativo, son algunos de los factores que aliñan este cóctel explosivo y perjudicial para aquellos que lo sufren.
La lista de mitos sobre el TDAH es infinita. Pero merece la pena exponer algunos de los más estigmatizantes y rebartirlos con datos médicos y científicos ampliamente probados.
1.El TDAH es un trastorno inventado. Falso, ya que está reconocido por todas las clasificaciones médicas internacionales y respaldado por cientos de estudios científicos. La evidencia científica muestra a través de los datos de neuroimagen que el TDAH tiene una base neurobiológica clara, con diferencias diferencias estructurales y funcionales en el cerebro de personas con TDAH, principalmente en las regiones implicadas en la atención, el control de la impulsividad y las funciones ejecutivas. Negar esta realidad retrasa el acceso al diagnóstico y al tratamiento adecuado y repercute de forma muy directa en la calidad de vida de las personas que lo padecen…
Debe estar conectado para enviar un comentario.