TDAH: Atentos a las señales

Artículo "TDAH: Atentos a las Señales" de Marta Martin en la Sección "Mentes Divergentes" de la Revista Tecnología y Sentido Común #TYSC26 de enero de 2023

El TDAH es uno de los trastornos neurobiológicos más conocidos y desconocidos a la vez. A pesar de tratarse del más frecuente de todos ellos, la investigación sobre el trastorno está aún en pañales. Afortunadamente, en los últimos años parece que su estudio ha cogido impulso lo que indica que empezamos a ser conscientes de la importancia de su diagnóstico y tratamiento. Los niños de hoy diagnosticados con TDAH llegarán a ser los adultos del mañana con TDAH pero bien tratados. Serán, sin duda, la primera generación que conozcan su diagnóstico desde la infancia, lo que contribuirá, en gran medida, a normalizar y visibilizar el trastorno.

No olvidemos que el TDAH no desaparece si bien es cierto que algunas personas muestran menos síntomas o estos se presentan con menor intensidad a medida que envejecen. Pero ahí siguen. Por lo que gran parte de los adultos de hoy llevan arrastrado los síntomas durante toda su vida pero sin ser conscientes del motivo de sus dificultades.

Son muchos los que antes del diagnóstico pensaban que sus problemas con la atención o la impulsividad eran normales a pesar de sufrirlos con una frecuencia inusual. Por supuesto, muchas personas conviven con síntomas similares al trastorno por déficit de atención e hiperactividad en algún momento de sus vidas. Quién no ha perdido las llaves, ha olvidado una cita médica o no ha controlado sus cambios de humor. El problema llega cuando estos despistes, estos impulsos, son lo suficientemente graves como para interferir constantemente en varias áreas de nuestra vida.

Incluso en estos casos, el TDAH puede ser difícil de diagnosticar porque algunos de sus síntomas son similares a los provocados por otras afecciones, como la ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, bastante frecuentes en gran parte de los adultos con TDAH. Es decir, no solo no están diagnosticados sino que están mal diagnosticados y tratados.

Desde niños, han sabido que las tareas cotidianas les resultaban difíciles, que les costaba concentrarse y establecer prioridades, controlar algunos impulsos, que las emociones eran mucho más intensas que para los demás, que lloraban con facilidad y reían con más ganas. Lo que no sabían era que eso tenía nombre: TDAH. Y que se puede combatir. Pero el primer paso para conseguirlo es saber de qué se trata. Por eso, es importante estar atento a determinadas señales para comprobar si estamos en ese porcentaje del 4% de adultos con el trastorno.

¿Qué señales nos alertan de que podemos tener TDAH?

El TDAH se caracteriza por tres síntomas principales: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Si nos fijamos en la parte que afecta a la atención, se puede manifestar de las siguientes maneras:

  • Dificultad para concentrarse y mantener la atención durante un tiempo prolongado, por ejemplo, en clase, una conversación, una reunión o una lectura prolongada.
  • Escasas habilidades para administrar el tiempo y planificar, lo que suele ocasionar no cumplir con fechas límite u olvidar reuniones.
  • Dificultad para priorizar y terminar las tareas aunque sean importantes.
  • Cometer errores con frecuencia en las tareas del trabajo por descuidos en los detalles o por pasar por alto alguna indicación.
  • Perder el hilo de una conversación durante un tiempo significativo, aunque no haya habido nada que nos distraiga.
  • Problemas para seguir las instrucciones sin olvidar alguno de los pasos o iniciar una tarea, distraerse y ponerse a hacer otra cosa.
  • Tratar de evitar las tareas que suponen un esfuerzo mental mantenido.
  • Facilidad para perder cosas, incluso las importantes.
  • Constantes distracciones por los estímulos externos o los pensamientos.
  • Olvidar frecuente actividades cotidianas, por ejemplo, hacer las tareas, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas médicas, olvidar eventos y fechas importantes…

Pero si nos centramos en el área de la hiperactividad / impulsividad, algunos de los síntomas más significativos son los siguientes:

  • Problemas para controlar los impulsos y las emociones.
  • Excesiva actividad o inquietud física. Problemas para permanecer sentado, constante movimiento de manos o pies.
  • Excesiva actividad o inquietud mental. Pensamientos obsesivos o recurrentes.
  • Bajo control de los riesgos, decir o hacer lo que se nos pase por la cabeza sin tener en cuenta las consecuencias.
  • Hablar excesivamente.
  • Dificultad para esperar el turno de conversación, terminar las frases por los demás o responder inadecuadamente, sin filtro.
  • Impaciencia, problemas para respetar el turno, por ejemplo, en una cola.
  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Dificultad en el manejo del dinero.
  • Escasa tolerancia a la frustración.
  • Conducción temeraria.

Estos son algunos de los síntomas frecuentes aunque no los únicos. Si cualquiera de los mencionados anteriormente provoca disfunciones constantes en la vida de una persona y en más de uno de sus entornos, es recomendable consultar al médico ante la posibilidad de padecer trastorno por déficit de atención e hiperactividad. No todos los profesionales médicos están capacitados o tienen experiencia en este diagnóstico, por eso es fundamental encontrar al adecuado.

Se puede diagnosticar un TDAH en cualquier momento de la vida de una persona, pero es necesario que algunos de los síntomas hayan estado presentes antes de los 12 años y que persistan en el tiempo.  La intensidad y la gravedad de estos síntomas tienen que ser mayor que la observable en individuos con similar desarrollo y edad.

No hay que olvidar que a menudo se presenta junto con otros trastornos que dificultan el diagnóstico, como la depresión, el trastorno bipolar u otro trastorno del estado de ánimo. De la misma manera es bastante frecuente que los adultos con TDAH presenten trastornos de ansiedad que puede empeorar debido al desafío que supone luchar constantemente para combatir unos síntomas que no llegan a desaparecer.

Sea como sea, ante la duda debemos buscar el diagnóstico. Será entonces cuando tendremos a nuestro alcance las herramientas para combatir los síntomas. Hay multitud de estrategias para minimizar los efectos y la medicación es, en gran parte de los casos, una ayuda fundamental ya que su nivel de eficacia en la reducción de los síntomas es muy alto, entre el 70-90%. Pero sin duda, el primer paso para gestionar el TDAH es reconocer las señales de alarma para empezar a actuar.

Mujer diagnosticada con TDAH en su madurez, como tantas otras, en una de las revisiones de TDAH de su hijo. Licenciada en Periodismo y Derecho, actualmente cursa sus estudios de Doctorado en Ciencias de la Información y está escribiendo su primera novela. Trabaja en el sector audiovisual y es profesora en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid (TAI). Consciente de que el día a día de una mujer adulta con TDAH no es fácil pero tampoco es imposible, ha creado un canal de youtube, Mujeres al borde del TDAH, y una cuenta de instagram con el mismo nombre, para divulgar y ayudar a los adultos que lo padecen.

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