
El recurso a un compañero que trabaje en el mismo espacio y con tareas similares, al modo de un doble corporal, se impone en el entorno laboral como un medio sencillo de aumentar la productividad.
La dificultad para concentrarnos no es exclusiva de las personas con TDAH. El contexto en el que vivimos, el exceso de información y de estímulos, nos invita con insistencia distraernos y despistarnos en la realización de las tareas diarias. Sobre todo, con esas tareas más tediosas y menos motivadoras que requieren de nosotros un plus de concentración.
El resultado es que no siempre cumplimos con lo que nos hemos planteado o con las exigencias profesionales o personales. Es aquí cuando la duplicación corporal se presenta como una estrategia que cuenta cada vez con más adeptos.
El concepto de duplicación corporal tiene su origen en las técnicas de terapia cognitivo conductual pensadas para ayudar a las personas con trastornos cognitivos por sus buenos resultados en el alivio de la ansiedad y el incremento de la concentración. Del entorno terapeútico se ha trasladado a otros ámbitos como el escolar o el profesional debido a sus buenos resultados.
Explicado de forma sencilla, la duplicación corporal consiste en que dos personas trabajen de forma independiente en el mismo espacio, aunque no necesariamente en la misma tarea ya que, es la mera presencia de la otra persona lo que influye en la capacidad para concentrarse y para terminar el trabajo propuesto. Sin embargo, el body doubling o duplicación corporal no es ni mucho menos algo novedoso. Lo hemos utilizado sin ponerle nombre desde hace años, por ejemplo, cuando, en nuestra etapa escolar o universitaria estudiábamos con un compañero para concentrarnos más en los deberes o en los exámenes. Es decir, trabajábamos en paralelo porque el acompañamiento de otra persona nos daba apoyo y motivación para iniciar y completar las tareas.
Este apoyo puede ser una presencia física pero también virtual, es decir, a través de una llamada, una videollamada o por las redes sociales. No hay ninguna forma correcta o mejor que otra, todo dependerá de cada uno y de las circunstancias. Nuestro doble corporal puede ser cualquiera, un miembro de la familia, un compañero de clase, de trabajo, un amigo o nuestra pareja o, incluso, una mascota. Y pueden ser distintas personas para realizar diferentes tareas o actividades, cambiar de dobles en una misma tarea o tener varios para realizarla en conjunto. Pero hay algunas recomendaciones que conviene tener en cuenta: