Cada vez es más frecuente escuchar la palabra burnout en las conversaciones sobre el entorno laboral. Un problema más habitual en las personas que tienen TDAH. El burnout es un estrés laboral crónico, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica la ausencia de la sensación de logro, pérdida de la identidad personal y una serie de sentimientos negativos hacia los compañeros de trabajo.
Afortunadamente, ante la virulencia del incendio provocado por el síndrome del quemado, los extintores resultan muy útiles para reducir las llamas a escombros, incluso en personas con TDAH. El primer paso para conseguirlo es reconocer que estamos siento cercados por el fuego, ser conscientes del cansancio e identificar de dónde viene el estrés.
Para ello, resulta muy recomendable tomarse unos días de descanso para reflexionar sobre ello y romper el patrón de la tensión. Si este paréntesis no fuera suficiente, nunca viene mal alargar el descanso o incluso cambiar de puesto. Lo importante es concedernos ese espacio mental para relajarnos y bajar el ritmo. Si tienes TDAH, esta necesidad se vuelve mucho más acuciante, por lo tanto, no olvides tomarte un tiempo considerable para cuidarte y tomar un respiro para evitar la fatiga tan propia del TDAH.
Independientemente de estos descansos, durante la jornada laboral debemos tratar de disminuir el ritmo y hacer pausas, aún más necesarias si la hiperactividad es un síntoma destacado de nuestro TDAH. Puedes trabajar durante un tiempo determinado, unos veinticinco minutos aproximadamente y luego hacer una pausa de unos cinco minutos. Estas breves desconexiones de nuestro cerebro son fundamentales para recargarnos y prepararnos para continuar.
No olvides establecer límites. Trabaja solo durante las horas de tu jornada laboral y descansa los fines de semana. Desconecta digitalmente para garantizar tu tiempo de descanso, permisos, vacaciones o bajas por enfermedad.
Aprende a escuchar tu cuerpo y tus emociones y ajusta tus expectativas a la realidad de tu empleo y de tu condición.
El TDAH viene de fábrica con un cerebro no convencional, dotado de grandes fortalezas como la creatividad o la facilidad para la resolución de problemas. Así que no debes frustrarte cuando las cosas no te salgan como a los demás. El nuestro es un camino distinto, ni mejor ni peor, solo diferente. Aceptarlo es parte del proceso para sacar el mayor provecho de nuestras virtudes por lo que es fundamental que ajustemos nuestras expectativas a la realidad de nuestras capacidades que son muchas y muy valiosas…
Mujer diagnosticada con TDAH en su madurez, como tantas otras, en una de las revisiones de TDAH de su hijo. Licenciada en Periodismo y Derecho, actualmente cursa sus estudios de Doctorado en Ciencias de la Información y está escribiendo su primera novela. Trabaja en el sector audiovisual y es profesora en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid (TAI). Consciente de que el día a día de una mujer adulta con TDAH no es fácil pero tampoco es imposible, ha creado un canal de youtube, Mujeres al borde del TDAH, y una cuenta de instagram con el mismo nombre, para divulgar y ayudar a los adultos que lo padecen.
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