La palabra burnout ha venido para quedarse en nuestro vocabulario. Cada vez aparece con más frecuencia en nuestras conversaciones y más aún si tenemos TDAH.
¿Alguna vez has sentido un nivel de estrés laboral tan intenso que no puedes sobreponerte ni emocional ni físicamente?, ¿has experimentado dificultad para concentrarte, falta de motivación, irritabilidad o dolores de cabeza? Si has contestado afirmativamente a estas preguntas y estos síntomas se mantienen en el tiempo impactando de manera negativa en tu día a día, sin duda has padecido burnout.
El término burnout, o síndrome del trabajador quemado, hace referencia a un estado de agotamiento físico, emocional y mental que va acompañado de falta de motivación para realizar cualquier tarea. Esto puede deberse a varios factores, como un exceso de trabajo o la insatisfacción laboral, lo que afecta a la salud física y psicológica de las personas. El problema no es solo para el trabajador sino también para las empresas ya que provoca que los niveles de rendimiento y eficacia sean mucho más bajos. Tan es así que el síndrome del burnout está recogido como un riesgo laboral de carácter psicosocial en la Ley de Prevención de Riesgos en España y es, a menudo, una de las causas del absentismo laboral.
Para las personas con TDAH, el agotamiento es un compañero de viaje habitual. A pesar de que experimentamos altos niveles de energía nos cansamos más que nuestros pares neurotípicos y esto ocurre por varios motivos. En primer lugar, la dificultad para concentrarnos en nuestro trabajo puede hacer que seamos menos productivos y nos estresemos más a pesar de que nos esforcemos el doble que el resto. Por ello, somos proclives a ponernos demasiada presión a nosotros mismos, a no descansar para no parecer perezosos, a exigirnos en exceso para poder cumplir con los plazos de las entregas. Queremos funcionar como los demás, haciendo las cosas de la misma manera y olvidamos que nuestro cerebro está cableado de forma diferente.
Así es, un cerebro con TDAH produce constantemente innumerables ideas e información que pueden afectar a las tareas que estamos realizando en ese momento por lo que este torrente de pensamientos desenfrenados causa dificultades en nuestra concentración. Este es el inicio de la lucha del TDAH contra el agotamiento y la fatiga que nos arroja irremediablemente en brazos del burnout.
Mujer diagnosticada con TDAH en su madurez, como tantas otras, en una de las revisiones de TDAH de su hijo. Licenciada en Periodismo y Derecho, actualmente cursa sus estudios de Doctorado en Ciencias de la Información y está escribiendo su primera novela. Trabaja en el sector audiovisual y es profesora en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid (TAI). Consciente de que el día a día de una mujer adulta con TDAH no es fácil pero tampoco es imposible, ha creado un canal de youtube, Mujeres al borde del TDAH, y una cuenta de instagram con el mismo nombre, para divulgar y ayudar a los adultos que lo padecen.
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