Entradilla: Pensar que el TDAH se reduce a la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad es quedarse en la superficie de un cerebro bastante más complejo que estos tres síntomas. Sin duda, resulta mucho más fascinante que estas carencias. Se trata de un pensamiento lateral y creativo, hecho para funcionar outside the box. Es decir, campo abonado para emprendedores.
No es fácil tener TDAH. La sensación de perder el control de gran parte de nuestras acciones y pensamientos resulta agotadora.
Si nos atenemos a su definición, estamos frente a un patrón persistente de falta de atención, hiperactividad y conducta impulsiva. Pero va mucho más allá.
Es importante aclarar que estos tres síntomas nucleares son independientes unos de otros y que no todos se presentan con la misma frecuencia e intensidad. Por eso, en función de cómo sea esta manifestación el DSM-5 Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales establece tres tipos de TDAH.
- Tipo inatento: cuando la conducta prevalente es la falta de atención.
- Tipo hiperactivo: si lo que predomina es la hiperactividad.
- Tipo combinado: si presenta los tres síntomas, falta de atención, hiperactividad o impulsividad.
No se trata de un problema menor. Estamos frente al trastorno neurobiológico más frecuente en la infancia ya que se calcula que afecta a alrededor del 6% de los niños. Sin embargo, en los adultos la prevalencia es del 4,5% lo que se explica por una falta de diagnóstico en la madurez.
Pese a lo llamativas que puedan resultar estas cifras, la falta de información y atención sobre el TDAH es preocupante e incide de forma negativa sobre los pacientes y las personas de su entorno que sufren el estigma, la insensibilidad y la falta de consideración hacia el trastorno.
He perdido la cuenta de las veces que me han dicho que eso del TDAH no existe, que es la excusa con la que los malos estudiantes justifican su pobres resultados académicos. La respuesta bien podría ser que tengo dos noticias, una buena y otra mala.
Empecemos por la mala. Sí, el TDAH existe y tiene su base de operaciones en el lóbulo central de nuestro cerebro que no trabaja todo lo que debiera y hace que nuestras funciones ejecutivas tengan un bajo rendimiento. Lo que supone un verdadero problema porque esas funciones son los procesos más evolucionados del cerebro y constituyen el sistema de control y regulación de la mente.
Dicho de otro modo, las funciones ejecutivas son algo así como el director de una orquesta que coordina la ejecución de los músicos, indicándoles cuándo empezar a tocar, qué ritmo mantener y con qué intensidad ejecutar sus partes. Sin el director, la orquesta igual puede tocar, pero la música no sonará tan bien.
Nuestra banda sonora está desafinada y no ejecuta bien la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y prioridades, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la organización temporal y secuenciación, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo. En definitiva, problemas personales y laborales por ser desorganizados, por perder cosas constantemente, por ser incapaces de completar tareas o desarrollarlas correctamente, o por tener dificultades en la organización de los pensamientos y en las relaciones sociales.
Cierto, parece una auténtica pesadilla. Pero ahora llega la noticia buena. Y es que hablar así del TDAH es, cuanto menos, reduccionista. Porque el trastorno no solo viene acompañado de estas faltas o deficiencias, sino que trae varios extras de serie que convierten estos cerebros en unas mentes fascinantes.
Las personas con un sistema nervioso estilo TDAH pueden resolver grandes problemas que otras han dejado por imposible. Gracias a su capacidad de hiperfocalizar, cuando se enfrentan a un desafío no paran hasta haberlo resuelto y lo hacen rompiendo con los conceptos ya establecidos y generando ideas nuevas y asociaciones poco habituales.
Y lo que resulta aún más interesante es que estos cerebros son los más adecuados para dirigir un equipo o un negocio. Es una mente hecha para ser emprendedora, un pensamiento lateral y creativo, lo que se conoce como think outside the box, o pensar de manera no convencional. Este tipo de razonamiento, cuando hablamos de emprendimiento o startups, vale su peso en oro. El caos en el que nos movemos nos empuja a innovar, nos estimula, nos sentimos cómodos instalados en él. Gracias al pensamiento activo y creativo somos capaces de descubrir productos, servicios y estrategias diferentes.
El mundo de las startups y del emprendimiento es muy similar a una montaña rusa, con sus subidas increíbles y sus bajadas de vértigo. Así son las emociones con las que lidiamos, el cambio y lo nuevo nos estimula, es el territorio TDAH. Un territorio habitado por la iniciativa y la falta de control sobre los riesgos, donde la máxima es aprovechar las posibilidades casi instintivamente, sin analizar las consecuencias finales de cada acción. Cualidades que están también en el ADN del emprendedor.
A esto hay que sumarle la condición de ser multitarea gracias a una inagotable fuente de energía y de adrenalina, la hiperactividad. Es como conducir un Ferrari con toda su potencia pero no olvidemos que es necesario saber utilizar los frenos.
Está claro, necesitamos más estímulos, nos gusta estar alerta, evitar el aburrimiento, emprender aventuras, proyectos. Y estas particularidades, según el contexto y cómo las manejemos, pueden ser una ventaja o un inconveniente. Lo importante es controlarlas. Bien llevadas nos convierten en grandes emprendedores. Espero que nuestro cerebro tenga carné de conducir.
Mujer diagnosticada con TDAH en su madurez, como tantas otras, en una de las revisiones de TDAH de su hijo. Licenciada en Periodismo y Derecho, actualmente cursa sus estudios de Doctorado en Ciencias de la Información y está escribiendo su primera novela. Trabaja en el sector audiovisual y es profesora en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid (TAI). Consciente de que el día a día de una mujer adulta con TDAH no es fácil pero tampoco es imposible, ha creado un canal de youtube, Mujeres al borde del TDAH, y una cuenta de instagram con el mismo nombre, para divulgar y ayudar a los adultos que lo padecen.
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