En diciembre del año 2017 después de 2 años de deliberaciones, la Unión Europea dictaminó que Uber era una empresa de transporte y no una tecnológica. Seguramente a los burócratas de la Unión Europea les tomará unos cinco años determinar que si todo lo que factura Facebook es publicidad, entonces seguramente sea una empresa de publicidad y no de tecnología.
La revolución xTech es una consecuencia de la Transformación Digital. Las empresas quieren ser tecnológicas, llenarse de tecnología, ser vistas como empresas innovadoras y no quieren que las sigan llamando “empresas tradicionales”. Esto es exactamente lo que le pasa a Uber y a Facebook, quieren que les llamen empresas de tecnología, aunque no lo son, porque lo que venden no es tecnología, lo que facturan no es tecnología.
xTech es el futuro de la economía
En la actualidad, un banco posee más tecnología que la mayoría de las empresas que se autodenominan tecnológicas. Cualquier banco posee más tecnología que el mismo Facebook, tanto propia como contratada. Pero siguen siendo empresas de la banca, no tecnológicas, al menos no hasta la revolución xTech.
Las noticias que recibo de adquisiciones e inversiones son básicamente xTechs. Los inversores han adoptado el lenguaje, ya no invierten en instituciones de educación, sino en EduTechs, tampoco en empresas de agricultura, sino en AgriTechs, y lo mismo ocurre con las empresas sanitarias, que son HealthTechs. Ni siquiera el gobierno está exento de esta tendencia, ahora son GovTech.
La buena noticia es que no es una moda, la inversión en tecnología, y la cantidad de tecnología que adoptan las empresas es suficiente para que se queden como jugadores en la economía xTech.
Más que Transformación Digital
La economía xTech puede haber nacido con la digitalización o la Transformación Digital, pero no puede quedarse ahí. Es mucho más que adoptar tecnología, es un cambio radical hacia la innovación tecnológica.
Una empresa xTech tiene al menos dos dimensiones. La primera es una revolución o evolución basada en las tecnologías, y la segunda y más necesaria, un enfoque basado en el cliente.
Es cierto que de “enfoques basados en el cliente” se habla todos los días, pero esta vez se refiere a cómo mejorar el servicio al cliente basado en el uso de nuevas tecnologías, no se limita a cambios en los procesos o la cultura empresarial.
Otra característica de la industria xTech es sin duda la capacidad de integrar en un mismo ecosistema a startups, empresas nativas digitales, y empresas inmigrantes digitales (vía Transformación Digital). Esta es una característica que no se contemplaba en otros escenarios, es decir, cuando se habla de transformación digital, se espera que la empresa “tradicional” evolucione al mismo lugar donde están las empresas nativas; sin embargo, en el caso de la industria x-Tech todas las visiones conviven, con un enfoque “tech”.
El sector de la banca y las finanzas es un buen ejemplo. Las Fintech son un ecosistema que integra muchos tipos de jugadores, entre ellos:
- Banca tradicional con un producto innovador basado en tecnología
- Banca tradicional con un servicio renovado basado en tecnología
- Banca tradicional que crea una spin-off para renovar servicios existentes, ofrecer nuevos servicios con una nueva marca, y aprender de las respuestas del mercado
- Startups que nacen con una idea de servicio o producto completamente digital
- Empresas nativas digitales que se enfocan o adaptan servicios y productos basados en tecnología
- Consultoras del sector de las finanzas que mantienen una visión híbrida del servicio tradicional (algunas veces obligados por la regulación existente), y una visión completamente digital de cara al cliente
- Empresas proveedoras generalistas, como son los proveedores de tecnología que en su catálogo integran soluciones Fintech
- Empresas proveedoras especializadas en una o varias soluciones estrictamente Fintech
- Empresas de sectores diferentes que integran servicios o microservicios Fintech, por ejemplo, en un comercio electrónico ofertando financiar los productos que se adquieren
- Entidades reguladoras o auditoras que se integran para aprender y ofertar servicios adaptados al nuevo paradigma
La magia de la industria xTech es que todas las organizaciones de los ejemplos anteriores no se habrían agrupado en el pasado en una asociación, o en un congreso, y hoy se unen para revolucionar y cambiar una industria, y crear un nuevo segmento económico, si se me permite el atrevimiento.
Cambiar la industria actual
Los cambios de la industria xTech son especialmente difíciles porque impactan frontalmente con lo establecido, y no me refiero solo a lo que “se ha hecho toda la vida”, sino también a la legislación.
El caso de Uber o Airbnb serán ejemplos que van a perdurar por mucho tiempo. Uber ha generado una revolución en los transportes al punto de provocar grandes huelgas, grandes transformaciones, y finalmente cambios o adaptación en la legislación, y todo esto en decenas de países. Todo por la vía de la fuerza. Por las movilizaciones de uno y otro bando.
Cada vez que leo una noticia con titulares parecidos a “cómo será la educación en los próximos años”, o “cómo se transformará la educación esta década”, me lamento en el hecho de que son cien por cien ciertos, pero para efectos privados, no públicos o regulados, porque sin cambios en la regulación no es posible incluir los avances de la revolución xTech.
En estos años he aprendido que no es que la legislación vaya siempre por detrás de los cambios y avances, sino que no puede ser de otra forma, primero el invento y después la regulación. Lo que falla y por lo tanto provoca una perspectiva negativa, es que la legislación posterior la crean personas que no entienden el cambio, ni el sector económico, ni a los afectados; por esta razón después es necesario cambios (parches) en lo que primero se hizo, y entonces se percibe todo como “tarde”.
El mensaje principal que me gustaría dejar es que el cambio llega, pronto o tarde pero llega. La revolución xTech está disponible y dando ejemplos importantes. Como en todo escenario de una revolución, se aprovecha, o se muere con el modelo anterior.
Marlon Molina es ingeniero en informática, es certification officer en Computerworld University desde donde lidera la certificación Business IT, también dirige el laboratorio de ciberseguridad para los Parlamentos de las Américas en la OEA, es profesor en varias Escuelas de Negocio, y es asesor de varios Consejos de empresa en España e Internacionales. En 2019 Cherwell le incluyó en el TOP 5 de los líderes técnicos de la transformación digital en EMEA.
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