Cada vez más se habla de los efectos de la inteligencia artificial en la sociedad y en nuestro futuro como trabajadores. Los robots y la inteligencia artificial nos pueden ayudar mucho, y de hecho ya lo hacen, pero también nos generan intranquilidad, fruto, por una parte, del desconocimiento de la tecnología y sus capacidades, y por otra, de la información que nos llega por diferentes canales sobre el futuro. Esta información puede hacer que veamos un futuro utópico o distópico. Profundicemos un poco sobre la materia.
La inteligencia artificial
El término «Inteligencia Artificial» (IA) describe la capacidad de una máquina para imitar el comportamiento humano inteligente, o la simulación de un comportamiento inteligente mediante la computación. Como vemos la primera aproximación es que es una máquina que imita el o un comportamiento especifico.
Una de las clasificaciones que se pueden hacer de la IA es según las técnicas utilizadas para crearla:
- Sistemas expertos: Son sistemas diseñados para imitar la capacidad de decisión de una persona en un campo especifico. Aún recuerdo los sistemas expertos de hace 25 años para calcular los precios spot de la electricidad.
- Lógica difusa: Es una IA que se emplea cuando no se disponen de juegos de datos completos, sino parciales o inciertos, y la lógica tradicional no es aplicable. Es como recomponer un documento con parte de los restos que han pasado por la trituradora.
- Redes neuronales: Son sistemas que se modelan siguiendo la estructura neuronal del cerebro humano. Se emplea para el reconocimiento de patrones, la clasificación de datos y la predicción. ChatGPT tendría unos 175 mil millones de sinapsis (canales entre neuronas. El cerebro humano adulto ronda los 400 trillones.
- Algoritmos genéticos: Son algoritmos que se modelan similar al proceso de selección natural (mutaciones, recombinaciones, selección, etc.). Se emplean para optimizar sistemas complejos y encontrar soluciones a problemas difíciles.
- Robótica: Ya sea de hardware o de software, permite la creación de máquinas o sistemas que pueden realizar tareas que normalmente requerirían intervención humana. Los robots pueden ser programados para realizar una amplia gama de tareas, desde barrer el suelo hasta explorar la superficie de Marte.
- Procesamiento del lenguaje natural (NLP): Básicamente centradas en procesar el lenguaje humano. Se utiliza en aplicaciones como el reconocimiento del habla, análisis de intenciones, la traducción automática y los chatbots.
- Aprendizaje automático (machine learning): Esta IA se emplea para entrenar a los sistemas para “aprender” a partir de datos y tomar decisiones, sin estar programados para ellas de manera explícita (determinismo). Se emplea en el reconocimiento de imágenes, análisis de datos y en los sistemas de recomendación.
Básicamente la IA emplea un conjunto de algoritmos y gran cantidad datos, para, mediante un sistema probabilístico y de entrenamiento, proporcionar información o realizar acciones orientadas a maximizar el resultado u obtener mayor valor o utilidad. La IA no es determinista, es probabilística, en la que aceptamos un determinado grado de precisión o de error.
En la actualidad, si bien, se ha avanzado mucho en la IA, solo somos capaces de obtener beneficios en determinados segmentos. Es decir, no hay una IA que pueda imitar varias capacidades del ser humano. Un ejemplo simple, un robot limpiador, limpia, pero no es capaz de entender a una persona, y menos interactuar con nosotros, como lo podría hacer Alexa. Es posible, que un día un robot limpiador nos diga que no comamos pipas o que si no es por él nos come la mierda. Pero bromas aparte, hay sistemas que reconocen imágenes, canciones, simulan voces, pero no combinados, para cada uno de ellos se emplean tecnologías, algoritmos y tecnologías diferentes.
¿Nos podemos fiar de la Inteligencia artificial?
Todos estos algoritmos vienen condicionados por los datos, datos históricos, hechos que ya ocurrieron y el entrenamiento que hacemos de éstos. Si pensamos en las redes sociales, servicios de streaming de música o cine, plataformas de compras, etc, nos van a ofrecer aquellos productos y servicios basados en nuestras acciones pasadas. Si me gusta el blues, me ofrecerá canciones de blues, pero no funk. De igual manera, si me gusta ver gatitos en Instagram, el algoritmo me ofrecerá gatitos, pero no reflexiones sobre economía.
De esta manera, si no tenemos inquietud, y nos regimos por…
Consultor experto en Tecnologías de la información y ha sido ejecutivo de TI en varias compañías multinacionales. Ahora es experto en Outsourcing de TI, Robots y Automatización y es profesor universitario y en escuelas de negocio.
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