Escribo en Bruselas en un 15 de julio. Con independencia de lo que las encuestas pueden señalar carezco de información sobre el resultado final de las elecciones del próximo 23. Es el momento óptimo para escribir este artículo, ya que el desconocimiento proporciona objetividad a la hora de enfocar la cuestión que nos ocupa. Esta va a ser sin duda la legislatura del dato. Acompañará a la definitiva conformación de los espacios europeos de datos, a la consolidación del programa Década Digital Europea y su programa legislativo, y a la implementación del conjunto de políticas públicas que permitan transformar nuestra realidad social, económica y administrativa. Así, gestionar, crear y usar el dato, será sin duda uno de los retos más importantes de esta legislatura en todas las dimensiones desde el Gobierno de España hasta el menor de nuestros municipios.
La Unión Europea, es determinante para el mercado global de las tecnologías de la información, aunque ocupa un lugar subordinado en su producción. Competimos con el liderazgo de Estados Unidos con China como potencia emergente segundo gran jugador en esta liga. Somos segundones, probablemente estamos a la cabeza de la segunda división en una situación particularmente paradójica. Es innegable nuestra capacidad para investigar, crear e innovar. Aunque dicho talento acabe desplegándose al servicio del equipo ganador reclutando nuestras personas o comprando nuestras empresas en cuanto despegan.
La UE trata de revertir este estado de cosas mediante el programa Década Digital Europea, el impulso de la inteligencia artificial. Busca impulsar un modelo de investigación, innovación y emprendimiento con perfiles propios. Allí donde la Unión es un gigante, en la regulación, se propone un ecosistema normativo que, partiendo de la afirmación de la soberanía digital, pretende crear un conjunto de procedimientos de ingeniería normativa que disciplinen el desarrollo, implantación y el ciclo de vida de los entornos digitales. Aunque existan riesgos desde el punto de vista de las reglas de competencia en el comercio internacional el mensaje para el conjunto de la industria pretende ser muy claro: si usted desea operar en el mercado europeo deberá tener en cuenta las reglas que nos hemos dado. Y no nos referimos específicamente a normas como el RGPD, sino a una cultura que centra en la garantía de la dignidad y en la ética de los derechos fundamentales su modelo social y político.
Profesor en el Departamento de Derecho Constitucional, Ciencia Política y de la Administración y Director de la Cátedra de Privacidad y Transformación Digital. Doctor en Derecho por la Universitat de València. Miembro de la mesa de expertos en datos e Inteligencia Artificial de la Consejería de Innovación y Universidades de la Generalitat Valenciana. Miembro del grupo de expertos para la elaboración de una Carta de Derechos Digitales de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Ha sido Presidente de la Asociación Profesional Española de la Privacidad y responsable del Área de Estudios de la Agencia Española de Protección de Datos.
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