En los dos números anteriores de Tecnología y Sentido Común se introdujo una visión general de las amenazas que plantea el uso de la inteligencia artificial para actividades maliciosas, y su aplicación a un tipo concreto de actividad: el fraude al CEO. Este mes, vamos centraremos la atención en cómo diferente sistemas de inteligencia artificial pueden ayudar a que un atacante logre comprometer sistemas de forma más o menos automatizada, para cerrar esta serie de artículos.
Desde hace tiempo se ha dicho que la informática era ‘para vagos’, y aunque se puede estar en desacuerdo con según qué interpretaciones de esa expresión, no deja de tener cierta razón. Relacionamos con frecuencia ciertos avances tecnológicos con realizar ‘menos esfuerzo’ o en hacer tareas ‘más rápidamente’. Desde la época de la Revolución Industrial, la puesta en funcionamiento de máquinas se ha asociado a que ciertos trabajos se realizaban con menor esfuerzo o con menos personal, lo que ha derivado frecuentemente en una fuerte oposición a casi todos estos avances tecnológicos, cuyo primera manifestación fue el ludismo a principios del siglo XIX.
Sin embargo, en pocos de los avances tecnológicos que la Humanidad ha venido logrando se ha hablado tanto sobre la capacidad de dichos avances de poder acabar incluso con esa Humanidad que los ha creado como con la Inteligencia Artificial, Tal vez a la altura de la bomba atómica, el cambio climático o la microbiología. ¿Y a qué se debe el revuelo,
posiblemente justificado? Pues a que en la actualidad la IA ha conseguido alcanzar unos niveles de rendimiento y utilidad inesperados para algunos, gracias a la enorme cantidad de información disponible en Internet, y por supuesto, a los esfuerzos investigadores en la materia que se vienen realizando desde hace bastantes años.
Pero me van a permitir una licencia argumental sobre la IA para continuar con el fondo de este artículo: desde algunos puntos de vista, la IA no es más que un nivel superior de automatización, aunque es obvio que con un nivel de calidad en sus resultados que se parece mucho a la creatividad humana. Y como tal automatización, lo que permite es que sus usuarios puedan, de forma simple y cómoda, obtener ciertos resultados que les son muy útiles y que les habrían costado cierto esfuerzo obtener. Por ejemplo, redactar un resumen de una novela de 300 páginas en minutos, crear una imagen realista sin necesidad de modelos, decorados…
Doctor en Informática por la Universitat Politècnica de València y Master en Dirección TIC de la UPM-INAP, dispone de varias certificaciones internacionales en Operación, Gestión y Gobierno de TI, tales como ITIL, FITSM, PRINCE2 y COBIT. Escritor técnico, es profesor asociado en la Universitat de València, y actualmente coordina el servicio de TI de una organización pública
Debe estar conectado para enviar un comentario.