¿Por qué hay que innovar en el sector público?

La necesidad de innovar en el sector público es un desafío ineludible y crucial en la actualidad, especialmente en un mundo cada vez más dinámico y complejo. La administración, tanto por su incidencia directa en el ámbito público como, más indirecta, en el privado, tiene la legitimidad y al mismo tiempo la responsabilidad de enfrentar unos nuevos desafíos que requieren respuestas ágiles y creativas, si es que aspira a mantenerse relevante y efectiva en un entorno cambiado y cambiante.

En primer lugar, y no por repetido debe dejar de indicarse, la innovación en la administración es vital para mejorar la eficacia y la eficiencia de los procesos en sentido amplio, abarcando desde los mismos procedimientos administrativos, todavía burocráticos y a veces incompresibles, hasta los servicios públicos esenciales. Los métodos tradicionales de gestión, en su día efectivos, han devenido obsoletos frente a nuevos avances tecnológicos y los cambios en el entorno económico y social. La implementación de nuevas tecnologías (fehaciencia electrónica, IA, Blockchain, robótica…), prácticas de gestión y modelos organizativos puede optimizar la utilización de recursos y mejorar los resultados en términos de productividad y calidad de servicio.

Además, la innovación es esencial para fomentar la transparencia y la participación ciudadana en el caso de la gestión pública. En un mundo cada vez más conectado, los ciudadanos demandan un mayor acceso a la información y una participación más activa en las decisiones que afectan a sus vidas. La aplicación de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) puede facilitar el acceso a los servicios públicos, promover la rendición de cuentas y fortalecer la democracia. A nuestro modo de ver, el Gobierno Abierto se ve claramente reforzado por el uso masivo de las TIC.

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