La globalización es dinámica y está en constante cambio. Persisten diversas formas en que continúa afectando el sector de la salud, sobre todo, en la equidad sanitaria. Aunque la globalización tiene un efecto positivo neto sobre las poblaciones, en promedio, la distribución desigual de las ganancias ha creado resentimiento.
Peak globalization es un término económico que describe el momento cuando la tendencia de la integración de las economías mundiales se invierte o se detiene. Se hizo notorio desde el Brexit y los crecientes desafíos que enfrentan los acuerdos comerciales bilaterales y multinacionales.
Algunos expertos declaran que la actual globalización ha llegado a su fin. Sin embargo, otros opinan que la “hiperglobalización” de las últimas cuatro décadas puede estar retrocediendo, como lo ha estado desde la crisis financiera mundial del 2008. Y la subsiguiente fase lógica será su “ralentización” marcada principalmente por la disminución del crecimiento en los países de ingresos altos y medio-altos. Y es lo que actualmente nos muestran los indicadores macroeconómicos. Por lo tanto, es posible que hayamos alcanzado la “globalización [económica] máxima” o peak globalization.
¿Cómo podría afectar dicha fase de la economía mundial el sector sanitario?
Reacción del sector sanitario al peak globalization
En relación a los recursos económicos, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial garantizan que el gasto en salud, educación y protección social permanecerán protegidos en nuevas rondas de condiciones socioeconómicas.
Respecto a las cadenas de suministro globales, se consideran frágiles y vulnerables a cualquier pandemia futura o shock similar. La llegada repentina de COVID-19 y los bloqueos posteriores crearon un impacto socioeconómico mucho mayor que el de la crisis financiera mundial. Ya que además de una caída aguda y persistente en el valor del comercio, muchos países impusieron restricciones a la importación y exportación de bienes esenciales para su respuesta a la pandemia. Lo que repercutió directamente los resultados de la salud.
Cabe destacar, que para muchos países de bajos ingresos cuyo crecimiento económico de las últimas décadas se basó en el suministro de materias primas o productos terminados a países de ingresos más altos, un énfasis global en la seguridad nacional podría tener impactos empobrecedores relacionados con el comercio en cascada, afectando negativa e inequitativamente la salud pública.
Lecciones aprendidas de COVID-19
Una de las preguntas investigables que surgen de COVID-19 es analizar los contextos globales (tanto históricos como actuales) que podrían ayudar a explicar las diferencias importantes entre los países y sus respuestas a la pandemia.
Por ejemplo, el fracaso de las “naciones ricas” en el punto álgido de la pandemia para aceptar cualquier exención significativa de las reglas de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para mejorar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas y productos de salud relacionados.
La exención de los ADPIC fue solo una de las preocupaciones de salud global desatadas por la pandemia. Casi de inmediato, la falta de preparación para una pandemia fue evidente, al igual que el lamentable estado de la capacidad de los sistemas de salud en muchos de los países del mundo, ricos y vía desarrollo por igual.
La geopolítica y multilateralismo
La geopolítica siempre está en juego en todo lo relacionado con la globalización. Pero la competencia entre los estados que compiten por su propio sentido de los derechos imperiales se está volviendo más feroz con COVID-19, lo que empeora considerablemente una situación que ya era tensa.
Algunos argumentan que la “edad de oro” de la solidaridad mundial por la salud ha terminado. Otros sostienen que los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud para desarrollar rápidamente algún tipo de tratado pandémico ofrecen una oportunidad para un nuevo compromiso multilateral en el sector.
Los actuales acuerdos y programas multilaterales del sector sanitario están descritos en mi artículo anterior sobre las tendencias sanitarias en el 2023.
Gobernanza global
En un contexto de creciente desigualdad económica y de concentración de la riqueza en corporaciones transnacionales y particulares, no sorprende, aunque sí es preocupante, que los gobiernos y los órganos rectores intergubernamentales estén adoptando cada vez más el sector privado. Una faceta de esto es el continuo crecimiento de las “plataformas de gobernanza de múltiples partes interesadas”, en las que los representantes corporativos a menudo tienen una influencia desmesurada en lo que algunos investigadores han descrito como “La Gran Adquisición”.
A medida que el mundo emerge del pico de la pandemia para enfrentar una serie cada vez mayor de crisis sanitaria, analizar quién tiene los poderes financieros y de toma de decisiones en la gobernanza global se vuelve más crítico. También lo es enumerar qué medidas políticas, normas y reglas internacionales se necesitan para garantizar la participación equitativa de todos los países y todos los grupos de población. La forma en que los pueblos del mundo se gobiernan a sí mismos es quizás el problema de globalización más crítico que desafía la salud mundial.
Maryna Danylyuk es Doctoranda en Economía Internacional e Integración por la Universidad de Valencia y Master en Internacionalización Económica: Gestión de Negocios Internacionales por la Universidad de Valencia. Dentro de la Economía Internacional se especializa en Economía de la salud y el área del Desarrollo socio-económico. Actualmente forma parte de VeraTech for Health SL como Directora de desarrollo de negocio.
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