Sam Altman nació en Chicago, tiene 36 años, estudió informática en la Universidad de Standford aunque abandonó la carrera en el año 2005 porque aprendió lo suficiente de Inteligencia Artificial y durante los siguientes 10 años se dedicó a desarrollar sistemas en este campo. Elon Musk nació en Sur África, tiene 51 años, estudió economía y física en varias universidades canadienses y estadounidenses. Altman y Musk son cofundadores de Open AI, empresa fundada en el año 2015 y que el año 2022 irrumpió en el mundo entero sorprendiendo a todos los profesionales que no han estudiado informática. Es tendencia, y lo será por al menos un lustro.
¿Ha visto alguna vez a alguien usar el buscador de Google?
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Si no ha visto a un humano usar el buscador de Google debería hacerlo, y si se atreve a hacer una búsqueda le garantizo que será una experiencia fascinante. Intente por ejemplo escribir “pirámides de Egipto”, le dará una lista de sitios oficiales y que hablan de las pirámides, además le enseñará fotografías, un apartado con libros, otro con noticias, y una sección con preguntas frecuentes.
Como si fuera poco, puede hacer búsquedas más específicas, como la altura, ubicación, antigüedad, etc., prácticamente lo que quiera. Además, y esto sí es de otro mundo, puede hacer la búsqueda en el idioma que quiera.
Me sorprende que no haya espectáculos en Las Vegas basados en enseñar búsquedas en Google.
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Disculpe el lector que inicie con un poco de ironía. Me provoca este sentimiento la admiración que siento por aquellos que saben mostrar la informática como si fuera un acto de magia.
Lo que hace Google con el buscador es tecnología de lo más avanzada, simplificada en la página más usada en el mundo, y por otro lado, la más sencilla, una caja de búsqueda y nada más.
Sin embargo, nos hemos acostumbrado a Google y nadie se cae de espaldas al ver cómo indexa el planeta entero. No tengo datos, pero me apostaría que genera más negocio a terceros que el negocio propio. Quiero decir las miles de agencias que escriben para que un documento aparezca en el buscador, las plataformas y tecnologías que se desarrollan para almacenar y presentar contenido que Google encuentre, los consultores y agencias que analizan y mejoran los sitios al estilo Google, y un largo, muy largo etcétera.
Suponga que usando la magia de Google, le pide a una persona que responda a preguntas y redacte párrafos basado en los primeros cinco resultados. Si se lo pedimos a alguien con un doctorado cualquiera diría que nos hemos pasado, que es trabajo para los becarios, y tendría razón.
Ahora imagine que automatizamos ese trabajo del becario para que lo deje en un texto. Bienvenidos a Chat GPT (versión simplificada).
No quiero que parezca otra cosa. Es un trabajo extraordinario, y como he mencionado anteriormente, me muero de envidia de las personas que saben presentar la tecnología como si fuera magia, y que con unos cuantos miles de millones se lo enseñan al mundo, duplican la inversión solo con el eco que hacen los medios de comunicación, y venden la tecnología por miles de millones. Insisto, es envidia de la buena.
He iniciado este artículo con la referencia a dos de sus fundadores, y dando fechas porque no es obra de la casualidad. Diez años estuvo desarrollando Sam Altman, fundador principal, los algoritmos hasta que dio con el Rey Midas humano, Elon Musk, para que siete años después, rompieran en el mercado.
Esta es magia que se hace a fuego lento, con un plan muy bien preparado, para un público hambriento.
Nota 1: Competidores.
Si por alguna razón pensaba que Chat GPT es el único, me permito decir que no lo es. Hay muchas más soluciones, algunas más complejas por lo que no llegaron a tener la popularidad, y las otras no tienen tanto dinero para difusión.
Nota 2: Ejemplo en Educación.
Una de las preocupaciones está en la educación, el supuesto riesgo que los estudiantes usen herramientas, o tecnología. Para mí es como preocuparme que los estudiantes no vayan a clases en el autobús, porque entonces no aprenderán cómo construir un autobús. La educación no cambiará, sin importar cuántas buenas opciones lleguen al mercado, no cambiará porque se niega a cambiar, y porque tiene el poder para no cambiar. Una ciudad como Nueva York, está evaluando prohibir Chat GPT, es la solución fácil para no evolucionar la educación.
Marlon Molina es ingeniero en informática, es certification officer en Computerworld University desde donde lidera la certificación Business IT, también dirige el laboratorio de ciberseguridad para los Parlamentos de las Américas en la OEA, es profesor en varias Escuelas de Negocio, y es asesor de varios Consejos de empresa en España e Internacionales. En 2019 Cherwell le incluyó en el TOP 5 de los líderes técnicos de la transformación digital en EMEA.
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