
El pasado 28 de junio, justo antes del verano, entró en vigor la Ley Europea de Accesibilidad (EAA- European Accessibility Act), esta normativa, transpuesta en España a través de la Ley 11/2023, es una apuesta seria de la Unión Europea para que los productos y servicios digitales sean más accesibles para todos. La ley no solo contempla requerimientos, también se alza en estándar de la industria definiendo no solo el qué, sino también el cómo, algo poco común en estos reglamentos.
En España hay instalados más de 47.000 cajeros automáticos que han tenido que adaptarse para cumplir con las nuevas reglas que incluyen adaptar los iconos, el texto y el brillo de la pantalla para una mejor visualización.
La ley no se queda corta, además de cajeros automáticos en el sector de pagos incluye máquinas expendedoras, lectores electrónicos, teléfonos móviles, ordenadores, sistemas operativos, televisores inteligentes, kioscos interactivos, etc.
Podría requerirse que “todo” sistema sea accesible, sin embargo, incluye listados para facilitar su comprensión: sitios web y apps de empresas (excluyendo PYMES muy pequeñas), comercio electrónico, banca y servicios financieros, transporte, telecomunicaciones, comunicación electrónica, libros electrónicos, y otros.