¿Quién es Manuel Herrero?
Puedo decir con mucho orgullo que nací en los Poblados Marítimos de Valencia. Crecí en un ambiente de esfuerzo, y como bien decían mis padres, “saber esperar es saber vencer”.
Apasionado de la música, durante mucho tiempo disfruté como músico de banda y orquesta, empecé de muy joven con el oboe, continué con la tuba y acabé con el contrabajo. Aunque me gusta todas las fiestas populares con las que más me identifico es con la de moros y cristianos.
Me considero una persona cercana y humilde en el trato humano y muy afortunado de la familia que tengo y que en todo momento me ha apoyado en cada paso que he dado.
Un poco despistado en recordar caras de personas, muchas veces me saludan y la verdad no los relaciono. Y esto me ha causado más de un problema…
¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo de la tecnología? (Cuenta anécdotas, etc.)
Afortunadamente, la vida me ha dado la oportunidad de hacer lo que realmente me gusta.
Tras finalizar los estudios preuniversitarios, tuve que decidir entre dedicarme profesionalmente a la música o a la informática. La decisión por la segunda fue muy acertada y me licencié en Informática en la primera promoción de la Universidad Politécnica de Valencia.
Recuerdo que al finalizar el primer curso me propusieron trabajar como becario en la cooperativa Consum. No fue a través de los mecanismos de la Universidad, sino gracias a un compañero de clase, un amigo suyo necesitaba a alguien puesto que estaba solo en el Departamento de Informática. Ojo, por aquel entonces solo me pagaban el transporte de Valencia a Beniparrell, que era donde estaba la empresa, pero yo bien contento que estaba. Sin duda, fue una experiencia excepcional que me facilitó el aprendizaje del COBOL y el análisis empresarial. Al tiempo me responsabilizaron de la copia de seguridad. Como anécdota, un día me equivoqué de disco extraíble de 80 megas y perdimos la información de unos días. Me enteré por un comentario tiempo después, pero en ese momento nadie me recriminó el incidente. Sin duda, fue una lección de vida de la que he aprendido mucho y que recuerdo con gran cariño.