La eficiencia está en la claridad

Vivimos en un mundo en el que nuevos impactos (la guerra en Ucrania, el regreso de la inflación) se superponen a los impactos anteriores (una pandemia global mortal, interrupciones en la cadena de suministro). Lo que da lugar a una aceleración dramática del interés en reformas a nivel de los sectores.

Específicamente en sanidad, cada vez más escuchamos hablar de la transformación, sostenibilidad, mejoras de los modelos de la gobernanza, etc. Y son muy buenas noticias, ya que, efectivamente, esto indica que el sector responde activamente a los cambios a. Sin embargo, al analizar las iniciativas (licitaciones, compras públicas innovadoras, programas de investigación y desarrollo) muchas veces me encuentro con los términos confusos e inadecuados, lo que potencialmente podría llevar a una falta de enfoque, malentendidos, o resultados incoherentes.

A continuación vamos a aclarar los términos más comunes que nos llevan a la confusión.

Eficacia vs Eficiencia de la sanidad

La eficacia se trata de hacer las cosas correctas o adecuadas para lograr un propósito determinado, mientras que la eficiencia es un concepto algo más preciso. En la mayoría de los casos, los investigadores entienden por eficiencia el gasto sanitario (relativamente) bajo y el resultado (relativamente) alto como, por ejemplo, la esperanza de vida o los indicadores de mortalidad.

Además, hay que distinguir cuatro niveles de eficiencia: en Producción, en Asignación, Técnica y de Escala. La eficiencia de la Producción aborda el tema del uso de combinaciones óptimas de recursos para maximizar el resultado sanitario. La eficiencia en la Asignación implica garantizar la distribución correcta de recursos entre los programas de modo que se maximice el bien general. Se trata más de lograr la combinación correcta de programas de atención médica para maximizar la salud de la sociedad. Si los resultados se producen con la menor cantidad de factores de entrada, se denomina eficiencia Técnica. La eficiencia de Escala ocurre cuando una organización opera en el tamaño óptimo de producción, que es el punto de equilibrio a largo plazo.

Calidad de los sistemas sanitarios vs Sanidad basada en valor

La mejora de la calidad sanitaria puede consistir en mejoras alcanzadas en documentación, esterilización, tecnología, productos farmacéuticos, financiamiento de la salud, el papel de la producción industrial y en masa o la educación. Mientras sanidad basada en valor pretende ser una síntesis de lo que importa a los pacientes al mismo tiempo que reúne los intereses de todos los actores del sistema y se considera principalmente como un valor añadido en el cuidado de la salud.

Input vs Output vs Outcome

Los Inputs son insumos o cualquier recurso que se utiliza en la producción de productos y/o resultados de salud. Pueden incluir recursos monetarios o físicos, pero también podrían incluir actividades de atención de la salud (por ejemplo, pruebas de diagnóstico o procedimientos quirúrgicos).

Los Outputs sanitarios son productos o unidades de actividad producidas mediante la combinación de insumos de atención de la salud. Pueden incluir actividades de atención de la salud, como procedimientos quirúrgicos (que se producen mediante combinaciones de recursos humanos, capital y otros recursos), o productos físicos, como episodios de atención (que se producen mediante combinaciones de actividades de atención de la salud).

Los Outcomes son resultados valiosos del funcionamiento sanitario, como los años de vida de calidad, las medidas de resultado informadas por el paciente o alguna otra medida de ganancia en salud.

Análisis de Costo-Efectividad (ACE) vs Evaluación de Tecnologías Sanitarias (HTA)

Los dos términos pertenecen a los métodos de investigación de la eficacia sanitaria.

ACE calcula la eficacia en función de la relación entre los costos invertidos y los productos obtenidos en sanidad, a menudo expresado como el costo por años de vida ajustados según la calidad (QALY).

HTA es la evaluación sistemática de las propiedades, efectos y/o impactos de la tecnología sanitaria. Incluye dimensiones médicas, sociales, éticas y/o económicas, y su propósito principal es informar para la toma de decisiones en el área de la salud.

Como vemos, cada término es una ciencia, sin embargo, hay otra que reúne todos estos conceptos y más.

Economía de la Salud

Tal y como hablamos en el artículo anterior, La Economía de la Salud es un mix perfecto. Debido a que es un campo de estudio aplicado que permite examinar de forma sistemática y rigurosa los problemas que se enfrentan en la promoción de la salud. Al aplicar las teorías económicas del consumidor, productor y elección social, la economía de la salud tiene como objetivo comprender el comportamiento de las personas, los proveedores, las organizaciones públicas y privadas y los gobiernos en la toma de decisiones.

La economía de la salud se utiliza para promover estilos de vida saludables y resultados de salud positivos a través del estudio de proveedores de atención médica, hospitales y clínicas, atención administrada y actividades de promoción de la salud pública. Se utilizan los principios económicos de la salud para abordar problemas globales como la migración, las personas desplazadas, el cambio climático, el acceso a las vacunas, las lesiones, la obesidad y las pandemias.

Los economistas de la salud aplican las teorías de producción, eficiencia, disparidades, competencia y regulación para informar mejor al sector público y privado sobre el curso de acción más eficiente, rentable y equitativo. Dicha investigación puede incluir la evaluación económica de nuevas tecnologías, así como el estudio de precios apropiados, política antimonopolio, inversión pública y privada óptima y comportamiento estratégico.

No pasa nada si se confunden estos términos al hablar, nos pasa a todos, pero la falta de claridad a la hora de tomar decisiones de alto impacto, pueden conllevar, en el mejor de los casos, a pérdidas económicas, peor si son vidas.